sábado, 13 de octubre de 2012

HESSE 80


En Firing Line: Jack Kerouac, completamente borracho, se pone en evidencia ante todo el mundo que ve el programa televisivo esa noche. Una borrachera tan desmesurada que hasta te entran ganas de vomitar sólo con verle el rostro brillante por el sudor y los párpados semicerrados a causa de la somnolencia criminal, un hombre desmadejado y balbuciente y disparatado accionando los brazos una y otra vez con gestos torpes y la sonrisa idiota del beodo. Escribir, ser artista, ya es toda una exhibición (una total indecencia al decir de Kafka, según cita Salinger en Franny y Zooey (1951). Y tales cometidos deberían hacerse absolutamente de noche, cazadores clandestinos y escondidos a los ojos de los demás. Y ya de día, de vuelta al ataúd a dormir la melopea hasta que sobrevengan de nuevo las tinieblas. Siempre ocultos, sin dar explicaciones: CON LA BOCA CERRADA DE UNA MALDITA VEZ.
¡Cuánto mejor lo pagano, incluso lo sacrílego, en el arte!

En el siglo XXI el poder (o los poderes) podrán sacar a la luz del sol todas y cada una de vuestras entrañas. Y lo consentiréis con alegría contemplando absortos el mondongo todavía caliente desparramándose sobre la acera.

En Alemania. 1965.
Sabemos que ha comprado un libro de Arno Schmidt, de pocas páginas, estremecedor (“Menciona a Mark Twain”, escribirá en uno de sus dietarios de los sesenta): Schwarze Spiegel. Lo lee entre trastos metálicos y hierros oxidados, y ese olor especial impregna la lectura de tal forma que en adelante se adherirá a su recuerdo siempre que evoque aquel libro.
¿Qué fue de Alemania?
Sentada bajo una ventana con los cristales rotos, la brisa cálida de finales de abril entraba por los agujeros y le entibiaba la piel del rostro, y la luz que descendía desde arriba iluminaba enteramente sus manos y las líneas negras de las páginas. Se sintió subyugada por la libertad de una creación que parecía abominar de todo encorsetamiento y rigideces normativas… Y había una Eva, allí, entre líneas, una eva estremecida  y feliz bajo los rayos del sol poderoso que barría los polvos más encarnizados de la ya lejana postguerra, de las ruinas y los muros grises y los hierros negros.
Un mundo extrapolado, inacabado, a medias diseñado, en virtud de un teorema que tardaría centurias en ser desarrollado, cuando para entonces todo había sido perdido. La severidad de la Aritmética y la lucidez de la Geometría chapoteando en el fango de tres guerras hasta dar con un resultado inservible: borrada la huella del maldito pie del hombre en la tierra sagrada e inocente aun con sus cataclismos y despropósitos. 
Brinda por ti misma, entonces, y celebra a quien levanta acta sin misericordias agazapado en un rincón, aferrado a sus manuscritos

1964: duda de todo, y más que de nada de ella misma.
2010: tres fotografías de sendas obras tuyas en el NYTM. La duda es la peor enemiga de la especulación.
-¿Quién eres… del futuro?
-Tu gemela.

No es una habitación hermética. A duras penas logra refugiarse en sí misma, pero cuando lo consigue ¡qué inmensa paz, qué calma y feliz postración del alma!

¿Cómo no iba a ser moderna?
Cada paso que daba adelante ratifica su rareza, al menos una imaginación altiva. Su incursión en el pasado siempre era un intento de adelantarlo en el tiempo, incrustrarlo en su conveniencia.
Donde unos veían catedrales, ella “adivinaba” los rascacielos del Medievo; donde otros admiraban la hilera de los rascacielos del skyline, ella contradecía la visión: granito, hierros, maderas y cristales elevados en solemne mezcolanza a las alturas, poblaciones enteras que viven a costa de su construcción secular, miles de puestos de trabajo artesano o simplemente físico creados en torno a su perímetro, y el empleo indiscriminado de la tecnología punta de su época para su diseño y precisa ingeniería, y las travesuras escondidas entre las piedras a la hora de la lluvia, y el alarde estético disimulado en algún oscuro rincón de la inmensa mole misteriosa y profunda, y las tinieblas del interior, tan adictivas, tan propias de los dioses pero también tan sugerentes para el recogimiento profano.

Renacer… Pero, ¿para qué? Tal vez empeorara aún más las cosas: donde el dolor, la absoluta indefensión de la carne, de lo físico…

Al contemplar una de mis obras instaladas en la galería: la sensación es mayúscula, extracorpórea: ha transcurrido el tiempo, nada humano de mí puede decirse que ronde por la tierra más allá de lo puramente material, pero he aquí que, aún viva, todo lo contemplo desde la certeza… desde la muerte que sobrevuela las tierras de nobodaddy.

Concibe una obra nueva.. Toma papel y tinta. Encabeza la página:
Femat, XVII. Esboza líneas, traza coordenadas imposibles, objetos irritantes o inexistentes o meramente análogos.
Desiste, pero es el cáncer que le agarra de la mano, debilita su mirada, y todo es para nada.
Si n es un número entero positivo mayor que 2, la ecuación xn+yn=zn no puede tener ninguna solución entera y positiva de los valores x, y, z.
Todas las cabezas, incluso las preclaras mentes, bajo las bombas de hidrógeno, sin compasión, sin escapatoria.
Es un arte cifrado, como una escritura secreta que una querría impedir por todos los medios que caiga en manos de sus enemigos.
En el arte reducía cada vez más lo material… pero a no a la esencia sino a su descomposición.
Toda generalidad es confusa. Debe serlo.
Mi obra se extingue en lo más profundo, aquello que, en tanto ser humano, tampoco puedo expresar con las palabras debidas (es decir, con las justas).
Y finalmente, lo intuitivo arrastraba al discurso a una nomenclatura ociosa aunque no por ello menos imaginativa. El signo deviene una enumeración no exenta de interrogaciones subversivas a despecho de su carácter subordinado.
-Sabes, querida, ahora que estamos en febrero, todavía no sé si adquirir un modelito en alguna de las carpas de Bryant Park o invertir un pequeño montón de billetes de un dólar en una de tus obras. ¿Podrías aclararme algo en relación al concepto del discurso?
-¿De acuerdo el modo de su significación o respecto al modo de su uso?
-Empieza por donde menos duela.
En cuanto su uso debería usted contemplar las siguientes variaciones: informativo, valorativo, incitativo y sistémico. Le sugiero calurosamente que reflexione sobre el tipo de uso sistémico, aquel que tiene lugar cuando el conjunto de signos estimulan u organizan un estado que otros signos tienden a provocar. Si atendemos al modo de su significación nos hallamos con conjuntos de signos conocidos como designadores, apreciadores, prescriptores, formadores
Basta con ser condescendiente, tener un buen temple, como suele decirse, para que el mundo en la vasta multiplicidad de sus variantes biológicas siga funcionando como si tal cosa, sin mayores alharacas, y, desde luego, sin mayores estropicios: cada uno a lo suyo, a los trapillos de temporada, a la novela gótica, a Klee, a Heidegger…

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