lunes, 22 de octubre de 2012

HESSE 81


Son parcos los medios con los que cuenta para alcanzar una celebridad basada en lo arbitrario, lo social, lo económico, lo político o lo excéntrico de las apariencias. Su misantropía le impide abrir esa caja de herramientas y reparar los desperfectos de la ignorancia universal. Ningún montaje va a urdirse en torno a ella y su obra, de modo que ha de refugiarse en el silencio y, acaso, en el malditismo, el ostracismo o una muerte temprana (extravagante, por así decirlo).

Te hallas ante el gran momento cíclico permanente, aquel que bien expresa la espiral doble: muere y vivirás. La muerte te convierte en semilla.
Mas tú has sido consciente de la muerte,  has sido  noser frente a un mundo viviente tan ajeno e indescifrable antes de ti y después de ti.
Todo lenguaje es infinito, pues más allá de su comprensión, la invención de su combinatoria traspasa cualquier límite sin que su posible significado sea una correspondencia con una idea u objeto existente.

 Una gramática es una ordenación… ¡pero no necesariamente de algo aprehensible!

“Existen los universales plásticos.”
“El arte es una cuestión de crecimiento.”
“La materia del yo.”
“Una guía latente, y todas las estructuras ocultas del aprendizaje innato lingüístico u ontológico.”
“Tú eres la artista, así que me exoneras del pasatiempo enojoso de su construcción… La inteligencia y el talento son facultades de la especie no del individuo. ¿Qué importan tus manos o las mías?”
¿Cuánto tiene el arte de biológico más que de fundamentos intelectuales, emocionales y espirituales?
Todo arte, a despecho de su ilusión (antiguo) o desorden visual (moderno), es cartesiano.
No se expresa con un alfabeto plástico (todavía no, quizás en el 3970), sino con fonemas de un lenguaje aún por dilucidar: hipidos, graznidos, gritos, bufidos, mugidos, zumbidos, arrullos, gruñidos, rugidos, cloqueos, silbidos, maullidos, rebuznos, berridos, ladridos, gañidos, gemidos, ronquidos, bostezos…
Un amontonamiento discontinuo que en sí mismo carece de significado, pero que sirve para una construcción visual en tanto significante y significación: aparto la mano, me echo para atrás: descubro el código dado.
Al igual que sucede en los lenguajes hablados, en el arte idiomas distintos activan modelos distintos aun dentro de las mismas capacidades innatas e idéntica predisposición, que son universales.
[Leído en el dietario secreto del 56: anamnesia platónica.]
Detrás de todo arte (literario, plástico, musical) existe un input más allá de lo que trasluce su práctica. No quiero que mi obra exprese algo: pero esa intención ya se halla intervenida de antemano, intoxicada por cualquier vestigio de la naturaleza que fuere.

E.H.: mueres en La Era de las Primaveras.
Trabajo contra los poetas: ellos buscan imágenes: yo las construyo para buscar pensamientos.

La analogía es un ensayo.
 
Mi arte me compromete con el misterio.

[Leído en el dietario secreto del 56: tectónica.]
Adán es la pieza fundamental del juego de la creación. Lo demás viene por añadidura, al igual que el primer movimiento en una partida de ajedrez compromete todos los demás: Eva, el sexo, la codicia, el crimen, la cobardía…
¿Importa que su obra sea ininteligible?
En modo alguno.
Es mucho más preferible que un arte ocioso, de mera retórica (plausible, transparente en su enunciado, inútil como el paisaje perpetrado por el aficionado un domingo por la mañana…)
¿El logos?
¡La rebelión! Jamás miraría hacia atrás excepto para no copiar lo excelso, pues toda transgresión auténtica acepta el pasado con mayor o menor respeto hacia su magisterio.
[Leído en el dietario secreto del 56: espíritu etónico (?).]
El antiguo dinamitero deviene auctoritas que cuestiona cualquier obra revolucionaria o… demoledora. Cancerbero terrible, cierra el paso a la novedad, que es lo desconocido pero también lo inquietante… y puede que hasta peligroso para él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario