miércoles, 12 de octubre de 2011

HESSE 11 (Ensayos para un estilo)

A los 15 años, aún en el instituto, alguien, una profesora, miss C., larguirucha y tímida, de cabello corto y labios enjutos, mirada implorante y manos grandes, fácil diana expuesta a la mofa cruel del adolescente (del adolescente de los años cincuenta) por sus gemidos histéricos y lo estrafalario de su atavío cotidiano, le informa susurrando de una reciente exposición al margen de los canales habituales. Se ha inaugurado en la calle 9, y muestran sus obras recientes más de sesenta artistas. Todos ellos pertenecen a una nueva corriente que de seguro va a revolucionar la pintura contemporánea.
La etiqueta:
Expresionismo Abstracto.
“¿Tú sabes quién es Jackson Pollock?”.
Parecía el título de una novela, tal vez de una película de la desconcertante década de los sesenta, aún no entrevista. Cinco años más tarde, cuando el cabeza de serie de la muestra se estrella conduciendo borracho su Oldsmobile V-8, la lengua cínica de otro aspirante a genio incomprendido le acaricia el oído con sarcasmo de ofidio a la bella jovencita a punto de ingresar mediante una beca en Yale: “Estuvo en el sitio justo en el momento oportuno… ¡Y se mató a la hora debida!”
“Sí, fue el mártir necesario.”
Muertos fueron todos: el gesto, la acción, el expresionismo, lo abstracto…
Diseño.
La jovencita Hesse baja al sótano de Brentano’s, en la Quinta, después de haber salvado escaleras y columnas por doquier de la desmesurada librería. Rebusca entre los centenares de revistas. Quiere ganarse la vida diseñando. No le repugna lo efímero de una propuesta que descansa con absoluto descaro en lo temporal. Años después, el Testigo interpela inquisitivo:
-¿No sabías aún que eras una artista?
-Claro, pero el diseño es un buen instrumento plástico para ver hasta donde puedes llegar.
Qué interesante.
Se defiende con astucia: el talento reside en lograr lo intemporal a través del medio procesual que fuere. A renglón seguido menciona la Bauhaus.
Pero es casi todavía una niña. Una niña a lo Balthus, enrarecida por la extraña atmósfera que recrea los sueños.
Sentada en el suelo en minifalda, las piernas recogidas formando hueco, la seda de los muslos al aire, al aire también las bragas de un blanco inmaculado, rodeada de decenas de publicaciones de todo tipo, absorbe colores, formas, significados, significantes…
Puede que hasta tenga malas ideas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario