R., en la memoria. Siempre.
Lo que evocas resignado este instante es un pensamiento que
la cronología desdeña, un color del pasado o la fragancia repentina de una flor escondida o una tarde de verano que pudo ser igual a ésta (silenciosa, de un amarillo cruel) cuando R., ahora muerta, fijó como un mensaje una extraña mirada en tus ojos de hoy.
Lo que evocas resignado este instante es un pensamiento que
la cronología desdeña, un color del pasado o la fragancia repentina de una flor escondida o una tarde de verano que pudo ser igual a ésta (silenciosa, de un amarillo cruel) cuando R., ahora muerta, fijó como un mensaje una extraña mirada en tus ojos de hoy.
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