viernes, 14 de mayo de 2010

3 de julio, 2003

R., en la memoria. Siempre.
Lo que evocas resignado este instante es un pensamiento que
la cronología desdeña, un color del pasado o la fragancia repentina de una flor escondida o una tarde de verano que pudo ser igual a ésta (silenciosa, de un amarillo cruel) cuando R., ahora muerta, fijó como un mensaje una extraña mirada en tus ojos de hoy.

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