martes, 4 de mayo de 2010

JOSE GRAU, dibujante - 1914-1998 (16)


Mediados los sesenta el cómic español, tipificado por el uso multitudinario infantil y el submercado cultural, con la inevitable inconsistencia que define a ambas audiencias, entra en declive. Toda una industria que había basado su sinergia productiva sobre el tebeo de acción y el diseño de unos héroes de cartón piedra tan planos como la página donde se imprimen, concluyen en los puestos de reciclaje de la “segunda mano”, el intercambio de los episodios manoseados y la venta a peso. El continuum de una aventura incesante sin pretensiones, al socaire de un ocio exclusivo indemne hasta ahora y ajeno a otras alternativas visuales más potentes (a comienzos de los años sesenta la televisión entra definitivamente en los hogares españoles) observa semana tras semana cómo las ventas de los ejemplares periódicos y las revistas mensuales inician un descenso imparable, pues no debe olvidarse que, en el fondo, el tebeo nace –como bien se ha dicho- como sucedáneo barato del cine, sin imaginar siquiera que otro sucedáneo más adictivo todavía, y en cierto modo gratuito (las series de tv.), acabaría reemplazándolo. La crisis es de tal magnitud que el género debe reinventarse de nuevo en forma de cómic para adultos específicamente o en el mal llamado cómic de autor y el álbum de precio elevado.

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