La huida es el retorno, los encuentros inesperados de la memoria.
Ahí al lado del final está el mar luciente, la madre, el origen.
Anónimo, pobre y enfermo se halla no lejos de la patria,
ahora escombros, solar de muertos.
El corazón es la herida de siempre. También en el final
está la infancia. Las olas son las mismas que susurran
estos días azules,
este sol.
martes, 19 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario