jueves, 4 de febrero de 2010

JOSE GRAU, dibujante - 1914-1998 (2)



En el cómputo de los días, ya en otra muy lejana vuelta de la esquina de hoy, parecen sobresalir aquellos que bien se nutrían de la fantasía y el sueño pródigos de la infancia, pasatiempos rudimentarios de escaso precio, páginas volanderas leídas (pero ante todo, vistas) a la sombra del árbol del verano, en el ángulo más recóndito de la sala en perfecto silencio mientras se dora la tarde y las sombras se tornan aventuras, arropado en la cama oyendo la lluvia de invierno repicar en los cristales. La épica de aquel viaje sentimental clausuraba durante un tiempo el tedio y los trabajos incomprensibles de los adultos, siempre por todas partes incordiando y dando órdenes absurdas como comer o lavarse, estudiar… Retornar a aquel río de la vida de aguas turbulentas o plácidos remansos sabiendo del niño de oro, ubicuo e intemporal de Zama:
-No has crecido.
-Tú, tampoco.

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